Exposición de arte de las artistas Fabiola Burgos y Javiera Asenjo, en Galeria Italia 1206 entre el jueves 10 de diciembre 2020 y el viernes 22 de enero. La exposición propone múltiples posibilidades de entrelazamiento, en pos de reflexionar y construir el tiempo-espacio que estamos habitando.
Fabiola Burgos vive y trabaja en Santiago de Chile. Es Licenciada en Arte de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso y es Magister en Arte de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Ha sido residente en R.A.T (Ciudad de México, Mexico) y en Materia Gris (La Paz, Bolivia). Su trabajo ha sido exhibido en Galería Gabriela Mistral, Matucana100, Galería Macchina, Balmaceda 1215, entre otros; Bikini Wax en Mexico, Galería Diablo Rosso en Panamá. También ha desarrollado proyectos en el espacio público; como el Mercado La Vega Central en Santiago, el Mercado La Merced en la Ciudad de México y la Feria del Alto en La Paz Bolivia.
Las obras exhibidas en SARGA son parte de una serie de esculturas tejidas por Burgos con cinta de regalo sobre malla de construcción. La cinta es trama que explora diferentes técnicas de tejido; sus características materiales permiten el pliegue, que genera textura, haciendo énfasis en su cualidad volumétrica. La artista transforma la retícula en un soporte virtual que contiene y permite diferentes variaciones modulares en la relación entre figura y fondo, enfrentándose a fenómenos lumínicos que van cambiando según la hora del día, su posición en el entorno y los distintos ejercicios de montaje que va dictando el lugar.
Su obra se vincula siempre con el espacio público como lugar de encuentro y circulación, donde se conectan lenguajes comunes y se articula la realidad. Los mercados –espacialidad del intercambio y del encuentro entre lo urbano y lo rural– y en particular La Vega, son el contexto que la artista propone para la experimentación artística. Aquí, las obras se encuentran, dialogan entre sí, con el espacio y las personas: “He realizado instalaciones y acciones en el estacionamiento, las obras circulan, cambian de posición según lo que ocurre a su alrededor. Oscurece, prendo un fuego y congrego a amigos y colegas. Se forman conversaciones entre los locales y las visitas, con estos tejidos como elemento conductor.”
Los procesos de producción indagan en las preocupaciones estéticas y semióticas desde diferentes aproximaciones, en donde la práctica del tejido es un acto que conecta lo popular, con las referencias a la artesanía, y que a su vez están en diálogo a las circunstancias históricas específicas de su creación.
La división entre arte y artesanía está basada en la función, material, contenido intelectual, clase, género, como también la construcción de un sistema económico y social que define al artista en oposición al artesano. En la obra de Burgos, la artesanía urbana ofrece un modelo diferente de identidad artística. Son relaciones abiertas, tejidos estructurados en ritmos asociados al espacio privado que se cuestiona en el espacio público.
Esta serie nace de una investigación que la artista realiza en Ciudad de México en 2018, donde pudo observar la manera en que mallas son tejidas como artefacto para la seguridad, y a su vez como cortaviento, y su repercusión en los límites territoriales de lo público y lo privado:
“Este tejido anónimo en la ciudad se genera en condiciones muy distintas al cómo se desarrolla asociado a una pertenencia cultural; es fabricado exclusivamente por hombres, es por encargo, es funcional y es remunerado, lo que evidencia la asimetría estructural en la ciudad moderna entre el lugar de los hombres y el de las mujeres, el espacio público y el espacio privado.”
Fabiola Burgos
La aguda observación de la artista cuestiona los signos de lo íntimo, producidos manualmente y en la esfera de lo doméstico: un mantel, un contenedor –embellecido– de papel higiénico, un paño de cocina. La misma técnica se traslada a lo público, se produce industrial y comercialmente. Burgos problematiza esa transferencia de conocimiento en creaciones que se activan en lo público, pero que mantienen una producción enraizada en un oficio tradicional, fuertemente cultural, viva y por consiguiente, mutable. Como diría Barthes, imágenes polisémicas, signos discontinuos en donde la composición contiene un significado estético.
Javiera Asenjo es licenciada en Artes Plásticas con mención Fotografía de la Universidad de Chile, y Magíster en Arte Terapia de la Universidad Finis Terra. Integrante de la Red Nido Textil desde el 2014, donde realiza labores de transmisión, investigación y creación en torno al textil con un enfoque social y colaborativo. Se ha formado en técnicas textiles de la tradición latinoamericana de manera autodidacta y junto a maestras textiles. Desde 2016 realiza procesos colaborativos y talleres en las comunas de la zona norte de Santiago.
Recurrentemente, la metáfora del tejido se ha referido a una matriz infinita de relaciones entre verticales y horizontales que estructuran un plano. Así, la urdimbre –o líneas verticales– podrían ser entendidas como un sistema rígido, dado. Las tramas –horizontales–, encarnan las experiencias y referencias, humanas y elásticas, que ofrecen múltiples posibilidades de entrelazamiento. Si la característica del tejido plano es generar un balance entre horizontales y verticales, entonces la de la sarga será darle movimiento a los hilos horizontales. Por otra parte, la gasa libera la urdimbre vertical creando transparencias y vacíos.
El principio estructural de la sarga se basa en que las tramas se van desplazando sucesivamente en el sentido horizontal del tejido. En este desplazamiento, Asenjo crea diagonales que dinamiza con el cambio de direcciones, junto a una minuciosa composición de relaciones de color. Formalmente, Todxs somos un paraíso es una exploración de color, donde los espacios cromáticos emergen de las relaciones entre hilos verticales y horizontales en el momento en que se encuentran y coexisten unos con otros. El encuentro de colores evoca una relación vibrante y complementaria, extendiendo su génesis objetual a un espacio textural en movimiento.
La irregularidad en el cambio de dirección de diagonales y de colores amplifica el movimiento de la sarga. La ausencia de regularidad se manifiesta en la improvisación al momento de tejer: se da espacio al error, a la decisión visceral, al azar. “Hay un balance en lo que decido y cuento, y dejar que suceda aleatoriamente”; si para construir este tejido se necesitaron horas de contar hilos, densidades, distancias y tensiones, para tejer no se contaron colores ni cambios de dirección.
La aparición del rombo, materializa el enfrentamiento y síntesis del encuentro de direcciones opuestas. Las diferencias y sus repeticiones pueden ser interpretadas como la construcción de identidad; cualquier unidad puede ser multiplicada por cambio o repetición, por repetición con disrupción, desplazamiento o repetición intermitente, espejando o rotando. En algunas zonas el rombo se descalza, y no se cierra.
Gilles Deleuze proponía que la reproducción de series o copias de identidades contenían estructuras previas; un concepto no cronológico del tiempo, como un recolector no métrico de dimensiones, definido por una red formal de procesos que interactúan unos con otros. Los conceptos de tiempo no lineal e interconexión de la humanidad juegan un rol fundamental en el trabajo de Asenjo. El proceso de creación de un tejido consiste en muchos momentos que constituyen una experiencia cumulativa. Pasado y presente coexisten simultáneamente en la obra. Hace casi un milenio la tradición textil Chancay alcanzó su máxima expresión técnica para materializar la vida y la muerte: las gasas de Chancay. Finos mantos fueron creados en la costa limeña y permanecieron enterrados bajo la arena, envolviendo cuerpos de distinguidos personajes. Evocando esta tradición, Asenjo crea gasas que median entre lo sagrado y lo profano, articulando un complejo universo de relaciones entre la vida y la muerte. Estas gasas acompañan las muertes que hemos estado transitando en el último tiempo. Muertes de mujeres y bosques, muerte de estructuras: “la muerte también se cuida”, dice la artista. Esta serie evoca la transformación que se genera al dejar ir. Los tejidos crecen, respetando el espacio que sostiene el vacío y la transformación.